La última milla, también conocida como last mile o último kilómetro, se refiere al proceso de entrega de un producto o mercancía al cliente final. A nivel logístico siempre es la parte más cara y lenta del proceso.

Por ejemplo, en muchas zonas rurales, los puntos de entrega a lo largo de una ruta pueden estar a varios kilómetros de distancia, y, además, sólo se dejan uno o dos paquetes en cada destino. En las ciudades, sin embargo, esto no sucede pero la proximidad de los puntos de entrega se ve contrarrestado por los importantes retrasos que provoca la alta densidad de tráfico. Este tipo de cuestiones son las que afectan directamente a la llamada última milla.

En un contexto donde las ventas online sigue creciendo cada vez más -a un ritmo de casi un 30%- y el consumidor demanda mayor rapidez y efectividad en la entrega de sus pedidos, los envíos se han convertido en una de las cuestiones principales que las empresas tratan de mejorar. Es el caso de RFL que trabaja porque su área logística – almacenaje o distribución – sea siempre mejor.

Algunas tendencias en la última milla son:

• Apuesta por la tecnología. Junto a las agencias de transporte de urgente clásicas, comienzan a surgir nuevas empresas que, ayudadas por la tecnología, conectan directamente el almacén o tienda con el repartidor. Además conceptos como la digitalización, el big data o el blockchain cada vez tienen un mayor importancia para gestionar los pedidos.
• Sostenibilidad. El reparto es cada vez más respetuoso con el medio ambiente. No sólo las grandes agencias están incorporando flota ecológica, sino que nuevas empresas han nacido ya bajo esta premisa.
• Alternativas a la entrega en domicilio. A pesar de que la entrega en el hogar sigue siendo la preferida por los consumidores, las empresas se afanan por ofrecer alternativas que se adapten mejor a la conveniencia del cliente (gasolineras, centros comerciales…)
• Nuevos espacios logísticos. Las exigencias de rapidez en el reparto y las formas de entrega ecológicas exigen una mayor cercanía del producto al cliente. Por ello ya se están desarrollando nuevos espacios logísticos, en forma de mini-hubs o en espacios como parkings, trasteros o tiendas…que son utilizados, total o parcialmente, como pequeños almacenes en tránsito.

Otros factores

Además, en las entregas de última milla, ya se está teniendo en cuenta otros aspectos como la utilización de drones, el papel de los nuevos combustibles sostenibles o la llamada micrologística.