Las guerras comerciales generan grandes transformaciones en la economía global, afectando así a los mercados, las cadenas de suministro y las estrategias logísticas. Un claro ejemplo de ello es el conflicto entre China y Estados Unidos. La imposición de aranceles y restricciones que ambas potencias han ido adaptando en los últimos tiempos ha desestabilizado el equilibrio económico internacional. Una situación que ha obligado a países, organizaciones y empresas a trabajar por adaptarse constantemente.
Compañías del sector logístico como RFL Cargo, forwarder internacional que forma parte de la división logística de Grupo Alonso, juegan un papel clave en este panorama al ofrecer rutas eficientes, costes logísticos optimizados y soluciones flexibles. Siempre adaptados a las condiciones del mercado para minimizar el impacto de los conflictos comerciales y que la cadena de suministro fluya con la mayor normalidad posible.
Guerra comercial entre China y EE.UU.
La tensión comercial entre China y Estados Unidos, marcada por la imposición mutua de aranceles y restricciones comerciales, está desencadenando una serie de efectos en la economía global. La última represalia por parte de Pekín ha sido la elaboración de una lista negra con 40 empresas estadounidenses. Esta iniciativa se ha llevado a cabo por autoridades chinas al considerar que ciertas compañías dañaban sus intereses estratégicos y la seguridad nacional. Un paso más en el progresivo desacoplamiento de ambas economías.
Además, el conflicto entre ambas potencias ha reforzado la tendencia del nearshoring, donde las empresas priorizan la localización de operaciones cerca de sus mercados principales para reducir costes logísticos y tiempos de entrega. Este fenómeno no solo impacta positivamente a los países asiáticos, sino que también fortalece la posición de México en América del Norte.
México: el gran beneficiado
Uno de los países más beneficiados por el conflicto comercial entre ambas potencias ha sido México. Gracias a su cercanía geográfica con Estados Unidos y al acceso preferencial otorgado por el T-MEC, tratado de libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá, el país azteca se ha posicionado como un destino atractivo para la inversión extranjera y un proveedor confiable para el mercado estadounidense.
Sectores como la industria automotriz, la electrónica o la agroindustria ya han experimentado un notable crecimiento puesto que han trasladado parte de sus operaciones de manufactura desde China hacia México para evitar los aranceles y aprovechar las ventajas logísticas. La tendencia del nearshoring también impulsa la expansión de plantas manufactureras en estados mexicanos como Nuevo León, Querétaro y Guanajuato, que cuentan con infraestructuras sólidas y un acceso eficiente a las rutas de transporte.
Este fenómeno resalta la importancia de contar con aliados logísticos como RFL Cargo, con servicios por tierra, mar y aire totalmente personalizados y adaptados para hacer frente a los retos y maximizar las oportunidades de la coyuntura internacional.