La atmósfera controlada es una técnica frigorífica de conservación en la que se interviene modificando la composición gaseosa en una cámara frigorífica o contenedor refrigerado. De esta manera se realiza un control de regulación de las variables físicas del ambiente (temperatura, humedad y circulación del aire).
La atmósfera controlada se aplica a todo tipo de transporte de productos hortofrutícolas y, generalmente, se caracteriza por tener una atmósfera empobrecida en oxígeno (O2) y enriquecida en dióxido carbónico (CO2). De esta manera la composición del aire se ajusta de forma precisa a los requerimientos del producto envasado, manteniéndose constante durante todo el proceso de transporte.
Como especialistas en transporte refrigerado, en RFL siempre lo tenemos en cuenta con el fin de adaptarse las necesidades de cada carga y cliente. En el transporte de perecederos es fundamental tener en cuenta este tipo de cuestiones con el fin de garantizar el éxito una vez se haya completado el trayecto.
Beneficios de la atmósfera controlada
Es el ideal en el transporte de larga distancia para frutas y verduras ya que supone:
- Prolongación del periodo óptimo de la conservación entre un 40 y 60 %, respecto de la conservación en atmósfera normal.
- Ayuda a la reducción de alteraciones y podredumbres típicas de conservación frigorífica a 0º C, ya que permite elevar temperaturas.
- Realiza un efecto fungicida debido a la elevada concentración de CO2.
- No deja residuos en el producto tratado.
- Ayuda a minimizar el uso de aditivos y conservantes.
- Se evitan las mezclas de olores en el sitio de almacenamiento.
El papel del etileno
El etileno juega un papel muy importante en la cadena de la atmósfera controlada. Se trata de un compuesto orgánico determinante en el proceso de maduración de las frutas y las verduras frescas. Su correcta administración es clave para preservar las características de los alimentos y su valor en el mercado, especialmente, en el transporte cuyo transit time supera los 20 días.
