La mayoría de las empresas del sector logístico todavía no han implementado una estrategia integral pensada en el comercio electrónico. Según un estudio reciente más de un 60% carece de una planificación en esta materia. Esto se refiere tanto a las empresas B2B (Business to Business) como las B2C (Business to Customer).

Algunos expertos indican que las principales razones de esta falta de estrategia se debe a que las empresas están enfocadas en ser competitivas en el día a día y dedican el 100% de los recursos al servir al cliente, reducir los plazos de entrega o en mantener una supply chain competitiva. RFL, como transitario internacional, operador logístico integral y agente de aduanas, empieza ya a planificar esta área con el fin de adaptarse a una coyuntura económica en constante evolución.

Consecuencias

Los efectos de no contar con este tipo de estrategia son:

• Poca eficiencia en áreas críticas o relevantes para la empresa.
• Menor capacidad para cubrir las expectativas del cliente y optimizar el ritmo de entrega.
• Dificultades para disminuir las limitaciones de las infraestructuras existentes.

No obstante, la falta de inversión en informatización y la ausencia de colaboración entre empresas de menor tamaño – a día de hoy es difícil competir con los grandes gigantes del ecommerce, tanto en precios como en plazos- hace necesario que se deba pensar en propuestas de valor diferenciadas.

La tendencia: alianzas

La evolución de la demanda de comercio electrónico va a provocar que, en los próximos años, más de 50% de las empresas tenga que realizar, obligatoriamente, algún tipo de cambio en su actual estrategia de distribución. Esto significa dotarse de una supply chain ágil y solvente.

Muchos expertos apuntan a que las empresas deben basarse en la implementación de un tipo de tecnología que dé soporte al negocio diario y con una visión estratégica que atienda a los nichos de mercado. De hecho muchas compañías están optando por asociarse con operadores logísticos, con lo que logran aumentar sus recursos y capacidades para escalar de forma rápida y efectiva y, así, capitalizar todas las oportunidades del comercio electrónico. Esto se debe, fundamentalmente, a que los picos de demanda son muy elevados y los cambios en el mercado son muy constantes.