El palet europeo surgió de la necesidad de normalizar o estandarizar su uso con el fin de obtener un mejor aprovechamiento del espacio. Un europalet ronda los 25 kilogramos y soporta cargas de hasta 1.500 (y de manera estática, sin mover el palet, puede llegar hasta los 4.000 kilogramos).

Hoy en día es impensable un transporte sin el uso de palets por sus numerosas ventajas (menor tiempo de preparación, menor coste de carga y descarga, aumento de la productividad…). Todas las compañías hacen uso de ellos, también es el caso de RFL, como especialistas en transporte refrigerado y a temperatura controlada.

El palet se considera parte integrante de la mercancía a todos los efectos por lo que se cobra por su transporte y se debe indemnizar en el caso de su pérdida. En el supuesto de que se dañe sólo la mercancía, y no el palet, se entiende que es una pérdida parcial y se indemniza la parte afectada. El intercambio de palets es muy frecuente en la industria y no se puede obligar al transportista a devolver gratis a origen los palets vacíos.

Crisis sanitaria

No obstante, desde que estalló la crisis del COVID-19, son muchas las organizaciones (por ejemplo, la ATFRIE o la CETM) que ya han cuestionado la idoneidad del intercambio de palets europeos en el transporte a temperatura dirigida, tanto nacional como internacional. En un escenario post-pandemia abogan por un mayor control sanitario y que la responsabilidad sobre los palets no recaigan entre millones de operadores como pasa hoy (fabricantes, comercializadores, cargadores, transportistas…) sino sobre empresas de arrendamiento de palets, a las que se podría exigir un mayor control sanitario. La principal razón: según algunos estudios el virus puede permanecer en la madera muchas horas, e incluso, días.

Cargadores y conductores

Un hipotético sistema de alquiler de palets beneficiaría a cargadores y conductores, según las propuestas de estas organizaciones. La actual dinámica, argumentan, favorece los hurtos continuos de los palets, aumentan los costes administrativos asociados a su control y, en ocasiones, existen problemas de seguridad de los conductores.

Los cargadores podrían verse beneficiados por la mejora en la eficiencia en el transporte de mercancías paletizadas, y, en conjunto, en la cadena logística mientras que los conductores no tendrían que dedicar un tiempo de su actividad diaria a la manipulación de los palets, como pasa en la actualidad.