La electricidad supone el 40% de los costes en la industria del frío y su uso se requiere durante las 24 horas del día. Desde que la nueva tarifa de la luz entrase en vigor en nuestro país, con un aumento de precio considerable que afecta tanto a las áreas productivas como a los hogares, el sector del frío trata de adaptarse a la nueva situación de la mejor manera posible. En algunos casos se han podido ajustar los procesos y procedimientos para moderar el impacto, pero, en otros, ha sido imposible porque el cliente exige el servicio a una hora y lugar determinado, algo que no se puede modificar.
Otras medidas que productores ya están aplicando pasan por ajustar las tareas logísticas donde sea posible para realizar las aperturas de cámaras frigoríficas en horas de menor coste; el ajuste de potencias para evitar desvíos y excesos; inversiones para conseguir un mayor aislamiento en las cámaras o el traslado parcial del coste al cliente.
En RFL Cargo,expertos en soluciones logísticas a medida y con servicios personalizados para todo tipo de mercancías a temperatura controlada, tratamos de adaptarnos a esta nueva realidad para que la efectividad y competitividad marque cada operación de transporte.
Medidas de eficiencia energética
Un reciente estudio de ALDEFE (Asociación de Explotaciones Frigoríficas, Logística y Distribución de España), organización sectorial que representa a una capacidad frigorífica de 7.000.000 m3, recomienda la importancia de realizar auditorías energéticas así como fomentar sistemas de gestión energética en las empresas del frío, junto a otras medidas como el seguimiento de la huella de carbono o la optimización de los procesos. Una transición energética que beneficia tanto a la propia compañía como al planeta y a la sociedad en todo su conjunto.
La pandemia, un impacto desigual
Las consecuencias del COVID-19 se han dejado sentir, de una manera desigual, entre los cargadores de mercancía refrigerada durante la pandemia. Mientras algunos vieron multiplicar sus volúmenes por la crisis sanitaria y encontraron dificultades para encontrar flotas disponibles en el mercado, otros, por el contrario, vieron reducir sus cargas a la mitad. Una situación anómala y asimétrica que se ha dejado sentir tanto en los mercados nacionales como internacionales.
