El continente y el contenido. Si hay dos factores que afectan a la logística son los que atañen al vehículo (avión, barco o terrestre) y a la carga transportada. Si bien se habla mucho de la evolución de los requerimientos de los vehículos de transporte en la logística, el factor relativo a lo transportado no suele captar tanta atención entre el público.

Sin embargo, sí lo hace entre los profesionales, y no es un problema menor. De hecho, la estibación de la mercancía es un «arte» en sí mismo, dirigido a garantizar la máxima seguridad en tránsito con el correcto almacenaje de la mercancía en el buque. En este sentido, la OMI avanzó el pasado diciembre en el Convenio  SOLAS que desde el 1 de julio del 2016 es obligatorio que los contenedores verifiquen su peso bruto antes de poder ser cargados en un buque para exportación.

Reacción en cadena en la logística

El cargador (el comprador de la carga, el vendedor, un transitario o un tercero contratante como principal con la naviera) será el responsable de aportar el VGM de la carga. La estimación del peso ya no estará permitida, ya que solo con datos concretos y veraces del VGM se puede hacer una planificación de la estiba que garantice al máximo la seguridad de los trabajadores de esta industria.

Si bien el objetivo de esta medida es el transporte marítimo de mercancías, sus consecuencias tendrán tanto calado que, por mera correa de transmisión, acabarán implicando al transporte aéreo de mercancías y, también, al transporte terrestre de mercancías. Un seísmo en los procedimientos y métodos al que no puede ser ajeno ningún operador logístico integral del mundo, que deberá adaptarse a la nueva normativa de seguridad modificando sus rutinas y tiempos. Una normativa cuyo desarrollo, sin embargo, parece estar encontrando obstáculos administrativos en España que podrían afectar al sector.

En RFL Cargo somos conscientes, y ya nos hemos adaptado.